A LA H. JOAQUINA GÓMEZ LOMBA
Arévalo, 7 septiembre 1897 MF I 163. Autógrafa.
La carta nos revela, una vez más, aspectos muy significativos en el campo psicológico-espiritual de la personalidad de la M. Cándida, en dimensiones y niveles que quizá se conozcan mejor en esta correspondencia de características tan peculiares. En el conjunto de la carta, pero de modo más explícito y vivo en algunos de sus párrafos, está presente la fuerza que tiene en la M. Cándida la tensión a la santidad y la dimensión apostólica de su vocación en la Iglesia, que le impulsa a buscar con todo su ser el bien espiritual de los hermanos, con el deseo de que cada uno de ellos acoja el don de Dios y lo secunde en la fidelidad del amor.