A LA H. JOAQUINA GÓMEZ LOMBA
Salamanca, 20 diciembre 1903 MF I 256. Autógrafa.
Muchas penas y sufrimientos conoce ya en su vida la M. cándida. Viene a sumarse a esta larga cadena el que le causa la muerde de D.ª Hermitas Becerra de Sabater (cf. cta.24 nt. intr.). Se había visto acogida Juana Josefa por ella, desde aquellos primeros momentos del lejano 1862, con entrañable cariño y cercanía, y había sido D.ª Hermitas para la joven sirvienta guipuzcoana como una verdadera madre. Así la llamó siempre la M. Cándida –lo vemos nuevamente en estas cartas- y tuvo durante toda su vida hacia D.ª Hermitas gran veneración y filial amor. Siguió siempre también esta señora, por su parte, con verdadero interés, la marcha de la obra fundacional que el Señor encomendara a la antigua empleada de los Sabater y vivió con gran gozo el momento de la aprobación definitiva del Instituto, como recuerda ahora en entrañable gesto la M. Fundadora a los hijos de la finada (cta.270).