A LA H. ANTONIA ROBLES HERNÁNDEZ
Tolosa, 20 abril 1895 MF I 68. Autógrafa.
Cómo resonaba en el corazón de Cándida María de Jesús la muerte de cada una de las Hermanas, sobre todo cuando éstas dejaban tras de sí el recuerdo de una entrega al Señor plenamente vivida, nos lo deja intuir esta carta: “… esta hija, como otras, no se separa de mi corazón ni un momento…”