A D.ª HERMITAS BECERRA, VDA. DE SABATER
Salamanca, 17 mayo 1892 MF II 5. No autógrafa. Escrita por Joaquina Gómez y firmada por la M. Cándida.
Nos remontamos treinta años antes en el tiempo, a 1862. Juana Josefa Cipitria, con sus diecisiete años de edad, ha dejado su tierra natal para entrar al servicio de los Sres. De Sabater en la ciudad castellana de Burgos. Estaba formada esta familia por el magistrado D. José Sabater, su esposa, Hermitas Becerra, y los seis hijos del matrimonio: Estrella, Teresa, Francisca, Gonzalo, Pedro y José. Más adelante, cuando, a consecuencia de la revolución de 1868, los Sres. de Sabater s tengan que trasladar a Valladolid los acompañará Juana Josefa, manteniéndose a sus servicio hasta el momento en que sale, camino de Salamanca, par la fundación del Instituto de las Hijas de Jesús. En esos nueve años de convivencia diaria -1862 a 1871-, entre Juana Josefa y D.ª Hermitas se fueron estrechando lazos de verdadero afecto. Se puede decir que D.ª Hermitas trataba como hija a Juana Josefa, y como hija la quería, depositaba en ella una sincera confianza y alimentaba hacia ella un verdadero respeto, y quizá veneración, por los dones humano-sobrenaturales que sentía presentes, en su persona. Juana Josefa, desde su puesto de servicio en el trabajo del hogar, correspondía al afecto y confianza de su señora con muestras de verdadero cariño y de plena fidelidad y abnegada dedicación. Pero al mismo tiempo se mantenía disponible al Señor, secundando la acción misteriosa con que la preparaba para la misión que le confiaba en la Iglesia y dejándose conducir por los caminos que Él mismo marcaba. A medida que Juana Josefa se dejaba invadir por Dios y crecía en gracia y virtud, se hacía también mayor la admiración de D.ª Hermitas, que veía en ella algo extraordinario (cf. RH b p.3-4). En el Archivo de las Hijas de Jesús se conservan 116 cartas dirigidas a la M. Cándida por miembros de la familia Sabater, siendo, entre ellas, 36 escritas por D.ª Hermitas. Por otra parte, entre las enviadas por la M. Cándida, 12 tienen como destinataria a D.ª Hermitas, y 20, a otra personas de la misma familia. En una carta escrita el 9 de septiembre de 1886 se expresa así D.ª Hermitas: “Crea Vd., mi querida hija, que me hace mucha falta, y si tuviera la dicha de vera a Vd., le diría todo lo que siente mi corazón y oiría su consejo, para mí de tanto valor, y desfrutaría de sus dulces consuelos. Después de mi marido (q.e.p.d.) y de mis hijos, nadie me ha querido con más sinceridad que vd., pues Vd. quiere todo lo que sea bueno para mi alma y todo lo que pueda convenirme en lo temporal; y lo quiere Vd. sin mirar más que a mi bien, y esta clase de cariños no se halla en las gentes del mundo” (cf. CSg 2,6) En su viaje a Santiago de Compostela, en febrero de 1892 (cf. cta.23), Juana Josefa –ya Cándida María de Jesús, siguiendo el plan de Dios. Se ha detenido en Lugo, ciudad en la que reside D.ª Hermitas, viuda desde 1885. Es muy grande la alegría que ambas han experimentado al verse después de tantos años. La presente carta escrita dos meses después, es como una continuación de aquella visita.