A D. JOSÉ CADENA Y ELETA, OBISPO DE VITORIA
Salamanca, 1º. Agosto 1912. MF IV 181. No autógrafa. Escrita por Joaquina Gómez y firmada por la M. Cándida.
Desde Brasil se van recibiendo cartas que hablan de un progresivo afianzamiento de las raíces congregacionales en aquellas tierras latinoamericanas. Cuentas las Hermanas con el afecto de aquellos a quienes sirvan en el nombre del Señor y ponen, en las tareas de su misión educativa, amor, paciencia y entrega generosa. Pero es obvio que aún necesitan el apoyo de quienes les pueden ayudar en el camino de una más segura y necesaria inculturación. Expone confiadamente a la M. Fundadora ante Mons. Cadena y Electa, consejero y bienhechor siempre, el ruego que le llega de la comunidad de Pirenópolis para que él sirva, una vez más, de valioso mediador. Se trata en esta ocasión de que escriba al P. Bruno Alberdi Zugadi, vicario de Pirenópolis, a cuya valiosa ayuda tanto deben las Hermanas desde su llegada, para que retrase por algún tiempo su salida de aquella localidad en vista de que aún consideran necesaria su colaboración.